Hasta hoy, muchos son los que han definido el ser humano como algo distinto a lo que todos creemos ser, sin saber de verdad lo que somos. Desde el "logos politikon" de Aristóteles hasta "el yo es otro" de Rimbaud.
Ahora toca decir que la existencia es la estructura fundamental de las cosas. Somos soporte material, cosmogonía física, yacimiento y arqueología. Y si me apuras, conciencia y conocimiento; pero todo ello atado a un lugar. Zoon topos. Somos hasta que existimos. Reductio ad absurdum. Si no estamos, no somos. Y si no, que se lo pregunten a los restos de Atapuerca, o a los turolenses y a su célebre eslogan Teruel existe. El resto sobre la esencia del ser de los mortales: pura elucubración.
Esta mañana he visto nervioso, desubicado al perro de Goya, al semihundido. Como una gallina, iba de aquí para allá, sin saber donde poner el huevo. Y de pronto yo era el mismo perro andariego del pintor, también, culo de mal asiento.
He mirado a mi alrededor. La maceta en el rincón sobre la losa blanca. El piano, al caer de la ventana con su negror de plomo. En la estantería, esposados los libros. El reloj, en la pared, junto al cuadro de los abuelos. Todo en orden. Todo tenía su lugar. Todo era lugar.
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