domingo, 27 de septiembre de 2015

Merde pour la poésie


Ayer tarde me recreaba leyendo algunos poemas de Rimbaud, así como algunos datos de su biografía. Y la verdad es que no sabía donde poner más mi atención, si en su biografía o en el alba de oro y trémula noche del mar inmenso de sus Iluminaciones. Ambas miradas me cautivaron y sorprendieron de igual manera.

Toda la producción literaria de Arthur Rimbaud data de su juventud. A partir de los veinte años cambia por completo de meridiano y ocupación. Deja su prometedor mundo literario, abandona Francia y viaja a Java, Yemen, Etiopía, siempre envuelto en asuntos extraños: venta de armas, droga, esclavos...

¿Cuáles fueron las razones de Rimbaud para dar giro tan brusco y siniestro a su vida? De vate a comerciante. ¿A qué obedecería su non scriverò più? Pavese, al menos cuando dijo no escribo más, fue por despecho, desamor, soledad, depresión. La consiguiente fatalidad de la muerte le impidió al escritor italiano seguir escribiendo. No así a Rimbaud, que moriría casi un cuarto de siglo después de escribir Una temporada en el infierno. ¿Por qué Arthur, el poeta que como él mismo dice debe hacerse vidente, no quiso regalarnos con alguna estrofa más como aquella de su Le bateau ivre:
Si je désire une eau d'Europe, c'est la flache.
Noire et froide où vers le crépuscule embaumé.
Un enfant accroupi plein de tristesse, lâche.
Un bateau frêle comme un papillon de mai.
Las nuevas circunstancias de la vida de Rimbaud en ambientes tan dispares, arriesgados, infernales y provocadores ¡para sí las quisieran otros escritores aburridos y tan faltos de inspiración!

Arthur se encuentra en África, en el desierto de Adén con un compatriota. Éste le cuenta el éxito que su obra tiene allá en Europa. Rimbaud, siempre fiel a su estilo mordaz, sin más contesta: Merde pour la poésie! Y este exabrupto irrespetuoso es el que lleva ahora a preguntarme por los motivos que tendría el poeta para renunciar a lo que por instinto y gracia, (todos suponíamos), estaba predestinado.

¿O tal vez el poeta se convenciera de repente que la composición poética es una misión imposible? Así como la escritura narrativa se ciñe a la lógica figuración real del mundo, sus posibilidades y avatares, para la poesía en cambio, no hay razón, relato, secuencia ni discurso. El poema escapa al conocimiento, y al ser como el mismo Rimbaud afirma la poesía un desarreglo de todos los sentidos, mejor dedicarse a otra cosa. ¿Para qué emplearse en algo que coger no se deja, que no tiene forma ni figura, pies ni cabeza?

1 comentario:

  1. Si es que la poesía… A la prosa se va; pero la poesía llega a ti, no basta con buscarla.
    Magnífica entrada, Juan.
    Un abrazo.

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