jueves, 31 de marzo de 2016

Europa no tiene nombre



Europa no tiene nombre, es más bien un cártel, una organización mafiosa. La UE me recuerda el barrio de Los Rosales. Todos los veranos al acabar el curso escolar, un conocido ladronzuelo del entorno se ofrecía al director del colegio como vigilante del centro. A cambio de cincuenta mil pesetas, este hombre se comprometía a convencer a todos sus amigotes maleantes que respetaran las instalaciones del colegio. No hay nada mejor como un malhechor para repeler a otro malhechor.

Mirándolo bien este era un buen trato. Nada más en robos y desperfectos, la cantidad a reparar cada comienzo de curso, triplicaba aquella suma. La ética y los negocios no siempre son conciliables. Que no siempre es cierto aquello de que no hay peor astilla que la del mismo palo.

En el caso de Europa y Ankara, yo no sé quién achanta a quién. En cosas de corrupción, sobornos y chantajes son dos siempre los que se dan la mano: 
Tú me limpias la casa, me construyes un muro, mantienes alejados a los que me molestan. Yo a cambio cargo con los gastos, la munición y el armamento, abastezco de botes de humo y tanques de agua tus abrevaderos. Y si la cosa va mal, tú eres el responsable. Y si la cosa va bien, luego para junio veremos la manera de que lleguéis a formar parte de nuestro club. 
¡Habráse visto, ni en los mejores tiempos de Vito Corneole!

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